Sexo anal
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– Confia en mi, resolveremos este problema en cuestion de minutos -dijo Angel con seguridad.
Introducir objetos atravesando el ano
Sujetando el consolador dentro de mi, empezo a retorcerlo, estirando bruscamente mi ano.
– Quiero que intentes meter el consolador dentro de ti y luego sacarlo, una y otra vez. Primero metelo y luego sacalo hasta que yo te pare, – me ordeno mi hermano.
Lo consegui unas cuantas veces mientras Angel me metia y sacaba el consolador del ano como si fuera una vara. Le molestaban mis debiles embestidas.
– Vamos, vamos, ?no pares! – grito.
– No puedo. Lo siento, Angel -gemi.
Angel saco el consolador con un rapido movimiento, haciendome chillar.
– Cuando terminemos, te dare algunos ejercicios para fortalecer esos musculos. Y la proxima vez podemos hacer nuestro juego mas interesante -advirtio-. – Ahora tienes que lubricarte mejor por dentro antes de continuar.
No sabia que mi hermano supiera tanto de sexo anal. Me sorprende que nunca hayamos hablado de ello.
Angel introdujo la punta de plastico en el tubo de lubricante anal, la introdujo en mi ano y apreto el lubricante con fuerza. Mi ano estaba tan desarrollado que ni siquiera senti el lubricante llenando mis entranas.
– Ahora vamos a probar otro juguete, – dijo Angel con una sonrisa lujuriosa en la cara.
Coloco el espeluznante aparato con el extremo frente a mi cara para que pudiera verlo… y mi mente se volvio loca.
– Usaremos esto para estirar tus intestinos y suavizar esa curva con la que tropezamos hace unos minutos.
Angel aplico lubricante en la punta y lubrico ligeramente el mango tambien. Luego presiono la punta de la maza contra el esfinter y sonrio cuando empezo a separarse lentamente, dejando entrar a su invitado en el ano.
– ?Oh, Dioses! – aulle.
Lo estaba pasando mal en ese momento, mis propios dedos se clavaban aun mas en mis nalgas. Angel sonrio para sus adentros. La escena le gusto tanto que sacudio la cabeza sorprendido.
Mi hermano siempre habia sido un tipo bastante guapo y no tenia ningun problema en conseguir a la mujer que quisiera, y ahora mismo podria estar follandose a su novia. Pero en vez de eso, ?estaba aqui conmigo! Jugando con mi culo con juguetes, ayudandome a aprender como era el sexo anal en la vida real. ?Resulta que antes no sabia nada de eso!
Me lo pense y mantuve las nalgas abiertas, abriendo mi agujero trasero a mi hermano e invitandole a introducir un juguete del tamano de una pelota de golf… y, sin embargo, sabia que mis mayores retos estaban aun por llegar.
Mi hermano me dijo que ya lo habia probado con mas de una chica. Tiene bastante experiencia con el juego anal y que le gusta mucho trabajar con principiantes como yo.
– ?Los principiantes anales siempre se llevan una autentica sorpresa con mis caricias! – informa alegremente mi hermano. – ?Mis practicas les provocan emociones y sensaciones encontradas! Y la reaccion siempre es genuina.
Gemi y me retorci, pero mis manos seguian separando mis nalgas, invitando a Angel a entrar en mi ano. Mi hermano apreto un poco mas, el consolador desaparecio en mi recto y mi esfinter se cerro alrededor del palo.
– Empuja, Nita. ?Empuja! – ordeno Angel.
Lo intente, pero fue en vano: al mismo tiempo, Angel penetraba el juguete cada vez mas profundamente, doblandolo y haciendolo girar. Pronto el pomo alcanzo el obstaculo con el que ya nos habiamos topado.
– Te dije que resolveriamos este problema -me recordo Angel-. – Tenemos que resolverlo, de lo contrario no podre follarte como es debido.
De repente, el aparato se puso en movimiento con aquel terrible zumbido que ya habia demostrado. Era en lo mas profundo, en la zona del coxis: una potente vibracion de alta frecuencia que me hizo soltar las nalgas por reflejo, incorporarme e intentar liberarme.
– Deja de forcejear. ?Abreme el culo! – exigio Angel.
Saco un poco el vibrador para que la punta quedara contra mi utero. Me recoste en la silla y separe las nalgas con las manos.
– Lo siento, Angel. Por favor, dejame correrme. Por favor.
– Mas tarde, – prometio mi hermano.
Introdujo el dispositivo en mi ano hasta que volvio a sentir resistencia. Varias veces introdujo la punta por el cuello de botella y luego volvio a sacarla hasta que la resistencia fue desapareciendo por completo.
Entonces empezo a empujar el vibrador aun mas adentro hasta que los 30 centimetros cabian dentro de mis entranas. Durante todo este tiempo estuve gimiendo y pidiendo clemencia, pero no volvi a soltar las nalgas.
Angel estaba orgulloso de mi y de si mismo al mismo tiempo. Dejo el juguete en mi ano y se dirigio al otro extremo de la silla. Tenia los ojos cerrados y respiraba con frecuencia, como si me faltara el aire. Mi hermano me acaricio la mejilla y me beso apasionadamente antes de subirse a la silla y colocarse sobre mi cara. Bajo la mano hasta mi entrepierna y tiro ligeramente de la empunadura del aparato.
– Llevame al orgasmo y te lo sacare del culo, – prometio, y luego acerco su entrepierna a mi cara.
Levante la cabeza para tocar a Angel. Mi hermano estaba tan cachondo y duro que sabia que no duraria mucho. Durante unos minutos le chupe la cabeza y le toque el frenillo con la lengua, y luego pase a otro modo, chupandole la polla y atacando vigorosamente la hendidura con la punta de la lengua. El efecto no se hizo esperar. Despues de chuparle la polla sin prisas, Angel se sorprendio por la repentina y brusca succion de su polla hasta la raiz. Fue como si su companero quedara atrapado entre mis labios, y cuando empece a tragarmelo intensamente, mi hermano exploto y empezo a chorrear su semen dentro de mi.
Angel dijo que nunca le habian acariciado con una lengua tan suave y habil. Para mi fue un super cumplido. Dijo que le acaricie tan suave y aterciopeladamente que se corrio inesperadamente, sin avisar, acercando mi cara lo mas posible e inundando mi boca de dulce nectar. Angel se retiro, sacudiendo ligeramente la polla.
– Nita, Nita, Nita… Hoy si que vamos a experimentar mucho placer.
Angel sonrio ampliamente y nego con la cabeza. Se inclino sobre mi y me lamio la mejilla. Gire la cabeza hacia el y abri la boca. Angel me beso y nuestras lenguas entrelazadas se deslizaron juntas en mi boca como serpientes en una danza de apareamiento. Mientras nos besabamos, Angel metio la mano en el ano y empezo a sacar lentamente el vibrador, tirando de el hacia fuera y hacia arriba hasta que el pomo del extremo presiono contra mi esfinter interno. Luego, sosteniendo el mango entre mis piernas para que pudiera verlo, rodeo la mesa y volvio a colocarse entre mis piernas.