El Gran Secreto de la Santa Muerte
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Exist'ian otras representaciones de la muerte entre los mexicanos; el tzompali, “hilera de cr'aneos”. No era otra cosa que barras de madera en donde se ensartaban cr'aneos y con las que se formaban grandes hileras, como en los 'abacos. Se encontraban en los grandes templos del M'exico antiguo y eran considerados parte importante del culto a la muerte. Tambi'en se pod'ia representar la muerte ya sea en figuras de calaveras talladas en piedra, en barro o bellamente pintadas. Aparecieron calaveras humanas adornadas con pedernales y con conchas en lugar de ojos. Los entendidos no se han puesto de acuerdo acerca del significado de estas calaveras, pero suponen que ser'ian una ofrenda a los se~nores de la muerte. Tambi'en aparecieron rastros de la muerte descarnada, adornos de la diosa Coatlicue, las ofrendas en incensarios rituales, y figuras de todo tipo y tama~no.
Ello indica que exist'ia un culto muy fuerte hacia la muerte entre los antiguos mexicanos. Tambi'en entre los mayas, los tarascos o los totonacas, que tambi'en fueron devotos de la muerte.
Y llegaron los espa~noles, se pens'o que todo el culto a la muerte iba a quedar en el olvido, pero no fue as'i. Mictlantecuhtli y Mictlantecuhatl (sobre todo esta 'ultima) permanecieron ocultos y muchos de sus devotos los siguieron
Seg'un el arque'ologo Carlos Navarrete, en su estudio sobre la Santa Muerte explica que la devoci'on popular podr'ia haber nacido como producto del sincretismo entre una deidad cristiana relacionada con la muerte y san Pascual Bail'on, personaje del santoral cat'olico y las 'animas solas.
La conquista espa~nola se impuso a sangre y fuego sobre los pueblos originarios de M'exico, pero hubo otra conquista, la espiritual, que fue la destrucci'on total de las divinidades que conformaban la cultura ind'igena. Sin embargo y a pesar de todos sus esfuerzos, dentro del catolicismo a'un quedaron algunos rastros de la religi'on antigua y por tanto el culto a la Santa Muerte es parte de ese pasado remoto.
La conversi'on de los pueblos ind'igenas fue primordial para los misioneros franciscanos, la resistencia de los ind'igenas hacia nuevas doctrinas religiosas era una condena permanente para los evangelizadores. En un informe de cerca del a~no 1600 y cuyo tema principal son las idolatr'ias en el peque~no pueblo de Tuxtla, se denuncia sobre las malas pr'acticas que algunos ind'igenas hac'ian a escondidas de los religiosos.
Para los cat'olicos el 'unico y verdadero Dios era el que se establec'ia en la Biblia, por eso cuando encontraron otro pensamiento religioso lo condenaron como si fuera un rito sat'anico, pero injustamente ya que en el M'exico antiguo no se conoc'ia el concepto de infierno. Los dioses ind'igenas eran venerados en las pir'amides, en los cerros y en las cuevas, por esta raz'on en los primeros a~nos de la evangelizaci'on los misioneros cat'olicos no entend'ian porqu'e bailaban alrededor de unos huesos (que muchas veces hab'ian pertenecido a altos sacerdotes o gobernantes y de all'i que ellos les rindieran culto), y estas s'olo eran parte de las pr'acticas religiosas de entonces, las cuales quedaban fuera del alcance de la comprensi'on de las mentes de los conquistadores y de los evangelizadores.
Para intentar ocultar estas pr'acticas, lo m'as probable es que los fieles devotos a Mictlancihuatl hayan “vestido” el culto a esta diosa con elementos del catolicismo para evitar ser castigados. La mezcla de ambas ra'ices, la ind'igena y la europea, as'i como la incorporaci'on de elementos criollos, dio origen al culto a la Santa Muerte tal y como la conocemos hoy.
El culto actual y contempor'aneo a La Sant'isima Muerte apareci'o en Hidalgo hacia 1965. Y est'a arraigado en los estados de M'exico, Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Campeche, Morelos y el Distrito Federal (en el barrio de Tepito es de uso com'un entre los delincuentes o los comerciantes), Nuevo Le'on, Chihuahua, Quintana Roo, Oaxaca, Tijuana y Guanajuato. Se integr'o con el culto a Tonantzin (deidad femenina para los ind'igenas y m'as tarde sincretizada en la Virgen de Guadalupe) y el de la Virgen Mar'ia.
La Santa Muerte es una entidad espiritual, una imagen, un 'anima que ayuda y protege a todo aquel que se acerque a ella a pedirle favores, no trabaja bajo ning'un tipo de magia, ni blanca ni negra. En ocasiones se ha comentado de ella que es siniestra, dolorosa, cruel y fr'ia, pero esto no es as'i.
Entre los favores que los devotos de la Santa Muerte cuentan, est'an los de hacer milagros a aquellos que la veneran. Su culto se ha asociado con los criminales, prostitutas y traficantes de drogas. Tambi'en invocan su protecci'on la gente de las ciudades modernas y pueblos. Pero las personas que viven en situaciones de alto riesgo son quienes suelen venerarla m'as, portando medallas o im'agenes de ella, incluso un tatuaje en la piel. La llevan los militares, los polic'ias, los narcotraficantes, los delincuentes y las prostitutas principalmente. La Sant'isima Muerte es un s'imbolo que identificar'ia personas que viven entre lo legal y lo ilegal, pero, tambi'en se puede hallar en estratos altos de la sociedad.
Se le pide de todo: salud, amor, buena suerte, recuperar objetos robados o incluso familiares secuestrados, para el negocio, para abrir caminos, para ganar juicios, para alejar a los malos vecinos, para proteger veh'iculos de los accidentes y robos, para tener m'as dinero, para que nos paguen deudas, para encontrar trabajo, para que entre comida en el hogar, para alejar amigos nocivos de tu pareja o seres queridos, para incrementar el amor en nuestra pareja, para olvidar un amor, para recobrar el amor perdido, para atracci'on matrimonial, para alejar al amante de nuestra pareja, para reconciliarte con tu pareja, para la abundancia, etc. Para acercarse a ella y obtener sus favores, se realizan algunos rituales y se rezan oraciones especiales.
Se habla de que cuando la Santa Muerte concede un favor lo paga con alguno de nuestros familiares; eso es totalmente falso, ya que ella protege a la familia de cualquier enfermedad provocada por alg'un trabajo de magia negra, hechicer'ia o enfermedad natural. Tambi'en que castiga cuando no le rendimos penitencias, siendo totalmente falso, ella trabaja para ayudar a sus devotos no para castigarlos, hay que pedirle con fe y bondad, de todo coraz'on y sin tratar de hacer da~no a nadie. Respeto, fe y devoci'on de coraz'on para la Sant'isima Muerte. Por muy fuerte que sea el problema que tengamos, ella nos ayudar'a sin pedirnos nada a cambio, pero si le ofreces algo debes d'arselo de todo coraz'on.
Cada d'ia que pasa tiene m'as devotos y la Iglesia celosa, no la ha visto con buenos ojos.
Es importante que al pedirle a Ella, sepas que se van a desatar grandes fuerzas cuya magnitud y poder deben ser manejados siempre con mucho respeto y fe. Un mal uso de todo lo desvelado en este libro, es responsabilidad 'unicamente de quien los usa mal, si decides usarlos por el lado oscuro, tarde o temprano se te revertir'an para mal, haci'endote culpable por ti mismo.
Normalmente a las im'agenes de la Santa Muerte y a su culto en general se le trata con sinceridad y ofreciendo compa~n'ia, algo muy diferente del habitual temor a los rituales religiosos. El caso es tratar a la imagen como un miembro de la familia y mostrarse ante ella sin temerle ni faltarle al respeto.
Se cuenta que un d'ia desapareci'o un santuario donde se rend'ia culto a La Sant'isima Muerte debido a que resultaba molesto para algunos. Ante esto los creyentes tienen remedios: ocultarla, una rosa blanca puede suplirla.
Como curiosidad comentar que existe la famosa imagen de Jos'e Guadalupe Posadas “La Catrina”, actualmente en estampas, peque~nas tarjetas de papel, cadenas, anillos, medallas y figuras de bulto de varios tonos y tama~nos.
Existe una leyenda que surge de ella, en un lugar llamado San Pantale'on, donde cientos de personas profesaban su fe a esta imagen, que se supone fue devastada por un incendio originado ir'onicamente, por una vela que uno de los fieles puso a la imagen. En ese pueblo otro leal devoto realiz'o una nueva imagen, utilizando un tronco de madera que coloc'o cerca del templo donde la gente le rend'ia culto y demostraban su devoci'on cada 27 de julio. Los habitantes del pueblo portaban en su cuello figuritas de la Santa Muerte y en sus casas adoraba a esta imagen con una fe absoluta, los mineros encomendaban al bajar a las minas a la Santa Muerte, para que d'ia a d'ia los trajera de regreso a sus casas y que no pasara ninguna tragedia. Cada vez ten'ia m'as devotos, ya que sus peticiones eran escuchadas. Al cabo de un tiempo, se dejaron de producir minerales y la gente abandon'o el pueblo, y no se supo nada de la imagen que veneraban.