Homo Ludus. Spanish edition
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"Si"-Gustav hizo una pausa. Como siempre. El hombre es su mejor verdugo. "Llame esta manana… ?Leiste mis mensajes?"
?"Mensajes"? No. Me desperte hace un rato. ?Por que, hay algo urgente ahi?"
Silencio. Silencio otra vez. Y todo porque la respuesta no fue la esperada. Ni reproches, ni moralina, ni chachara, solo indiferencia, que se extendia como una capa de nubes por el cielo.
– Gustav, no era mi intencion… Estaba borracha. Ni siquiera recuerdo todo… O incluso no recuerdo mucho.
– ?Que hay que recordar? Asi son las cosas.
– No digas eso. Lo siento. Я…
– ?Perdon por que? No tienes nada por lo que disculparte. Al igual que no puede haber resentimientos.
– Asi que… ?Asi que no te ofendes por mi?
– No. Por supuesto que no estoy ofendido.
Suspiro. Lo sabia. Hay hombres. Hombres de verdad que saben entender. Que saben recibir un golpe. Y hacerlo con honor. Dicen que estan hechos de acero. Y eso es exactamente lo que el es. Y lo es. Y esta con ella.
Suspiro una vez mas, deseando sentir de nuevo el alivio que acababa de sentir cuando aquel monton de piedras, aquella masa de hierro al rojo vivo, se habia desprendido de sus hombros. Ahora era facil. Ahora podia seguir adelante con su vida. Y ahora estaria con el. Solo con el. Siempre.
– Estoy… tan contenta… No tienes ni idea del peso que me he quitado de encima ahora mismo… ?Asi que ire a verte ahora?
– No es necesario.
– De acuerdo. Tienes razon. Deberia entrar en razon. – volvio a suspirar, esta vez sonriendo para que se la oyera al telefono. – ?Manana, entonces?
– No. No deberias venir aqui.
Pequenas dudas. Como una ligera brisa. Como un ligero oscurecimiento y empiezas a pensar que solo has parpadeado.
– ?A ti no?… ?Por que, Gus?
– Oksan.
– Si, carino.
– ?Quien necesita una puta?
Algo retumbo en sus oidos. O quiza no en sus oidos. En algun lugar de su interior. Sus ojos se oscurecieron y sintio como si hubiera olvidado como respirar. Como respirar el aire que la rodeaba. Intento toser, empujar a traves de lo que fuera que se agitaba en su garganta y preguntar "?por que?", "?por que?", "?como lo arreglo?". Intento decirlo cuando el telefono ya no paraba de sonar, cuando sus lagrimas saladas mezcladas con rimel rodaban por sus mejillas pasando por sus labios temblorosos. Intento creer que no era ella, que simplemente habia ocurrido. Intento recordar que las cosas eran diferentes. Lo intento una y otra vez, sin darse cuenta de que se estaba desgarrando su propio estupido corazon con las unas....
Vincent
Vincent solo escuchaba el chasquido de sus tacones mientras avanzaba con pasos lentos y firmes hacia el coche. Era especialmente agradable oirlos despues de semejantes conversaciones. Se sentia un triunfador. El tipo de hombre que elige su propio camino, su propia identidad… E incluso su propia muerte. A ella le respondio: "Otro dia…". Le recordo una frase de una famosa saga en la que los personajes decian a la muerte: "Hoy no", pero no le gusto del todo. Eso es exactamente lo que piensa la mayoria de la gente. Retroceden, se apartan, buscan evitar – no es un camino de vencedores. Y por eso no pospongo, como un recluta, un momento innecesario, sino que lo nombro yo mismo: "?Otro dia!".
La noche es oscura. Y Vincent esta borracho, aunque no demasiado. Y una vez mas, poniendose al volante con la mente nublada, con las manos que no estan firmes, con los ojos que se cierran solos, simplemente dijo: "Otro dia".
No me importaba cual. Este ano o el proximo. Invierno o verano. Sobrio o borracho. Solo uno mas.
Los giros le resultaron faciles. Lo de siempre. Era lo de siempre. El, su coche, su cuerpo, su carretera. El camino siguio como siempre. Manana a Estambul. Bashkurt esta alli. Seguro que le pediran un descuento. Dira que son tiempos dificiles y todo eso. Es tan cliche. Los tiempos nunca son duros. Tampoco son faciles. Todo tiene que ver con la gente. Igual que los problemas solo tienen que ver con las personas. Es tan tonto decir que el tiempo es duro como decir que el tiempo tiene problemas. El tiempo no tiene problemas. Es solo un hecho. Y Gustave. Si. Es un gran tipo. Siempre esta escuchando, siempre aprendiendo. Siempre aprendiendo. Eso es exactamente lo que debes aprender de el. Es como un anciano. Como un viejo sabio que absorbe el conocimiento del universo. Me pregunto si esta bien con las mujeres. Creo que ha tenido algunas, pero mas detalles. Tendria que preguntarle. Tendrias que preguntarle. Si le preguntas a el, responderas a tu propia pregunta despues. Yo tambien podria aprender eso de el. Es astuto. Frio y astuto.
La curva se hizo mas lateral que las anteriores y el coche se empino mas, a la izquierda, hacia el trafico que venia en sentido contrario. 140 kilometros por hora. No hay problema para volver atras, e incluso con semejante tecnica: el 300C es fuerte en curvas, la goma es solo de rodaje, puedes participar en carreras con el. Un poco de paso por curva y vuelves a tu carril. Y, realmente, como en una carrera, deja un pequeno hueco en el borde izquierdo cuando gires a la derecha. Y luego vuelve a tu carril.
Dos luces blancas en la parte delantera. Luces delanteras. Justo delante de ellos
… No tiene sentido frenar – no se puede ir a la derecha.
Ni una gota de nervios. Ni una gota de miedo. Vincent se puso sobrio al instante. Chocar es chocar. No es la muerte mas estupida. Y la eligio de todos modos. Asi que vale la pena confirmarlo. Solo para estar seguro hasta el final. Zapato en el acelerador.
No se habia dado cuenta y no recordaba exactamente como habia esquivado aquel coche. Habia sido a la izquierda del coche, justo en el borde de la carretera, aunque habia derrapado aun mas. No lo creo. Son todos una especie de… Una especie de…
Y no es que este vivo en absoluto. Esta vivo, y ni siquiera le han dado.
Vincent miro el coche que se alejaba por el retrovisor y dijo. Por primera vez en su vida, dijo Despues, no Antes: "Otro dia.
Catherine
Catherine no entendia muy bien lo que le pasaba a este cachorro: simplemente no queria comer. No hacia nada especial: no gemia, no se quejaba, no ladraba… simplemente no comia. Y la miraba. Con sus amables ojos marrones, pidiendo ayuda. De ella.
Ya ha contactado con algunos de los mejores veterinarios de la ciudad. Luego con su padre, que ya ha contactado con los mejores veterinarios, conocidos solo por un pequeno circulo de personas donde el dinero no basta para conseguir ayuda. Y luego las pruebas. Y luego asesoramiento de nuevo. Y mas pruebas.
Y todo decia una cosa: el perro estaba completamente sano. Todo y todos decian eso… Excepto un "pero". Sus ojos. Catherine vio la muerte en ellos. Si, era joven, pero seguia siendo una periodista que habia estado en muchos lugares y visto muchas cosas. No se puede confundir la muerte con nada, la muerte es la misma en todas partes. Y ahora esta muerte se sentaba dentro de esta bestia y se reia de ella.