Хитроумный идальго Дон Кихот Ламанчский / Don Quijote de la Mancha
Шрифт:
Tanto insisti'o don Quijote en que eran ej'ercitos, que Sancho se lo crey'o y le dijo:
–Se~nor, ?qu'e hemos de hacer nosotros?
–?Qu'e?
– dijo don Quijote-. Defender y ayudar a los necesitados. Y has de saber que este ej'ercito que viene de frente lo conduce el gran emperador Alifanfar'on, y el otro es el de su enemigo, Pentapol'in del Arremangado Brazo, llamado as'i porque siempre combate en las batallas con la manga del brazo derecho subida.
–?Y por qu'e se quieren tan mal estos se~nores?
– pregunt'o Sancho.
–Se quieren mal -dijo don Quijote- porque este Alifanfar'on es un cruel pagano [72] y est'a enamorado de la hija de Pentapol'in, que es cristiana, y su padre no se la quiere entregar al rey pagano.
Sigui'o don Quijote nombrando caballeros y pr'incipes que seg'un 'el ven'ian en uno y otro bando, adem'as de pa'ises y r'ios de todas partes para destacar la importancia de la imaginada batalla. Cuando don Quijote termin'o, le dijo Sancho:
–Se~nor, yo no veo ni gigantes ni caballeros; quiz'a todo sea encantamiento.
72
pagano –
–?C'omo dices eso?
– respondi'o don Quijote-. ?No oyes el relinchar [73] de los caballos, el sonido de las trompetas y el ruido de los tambores?
–Yo lo 'unico que oigo -contest'o Sancho- es balido [74] de muchas ovejas.
No resisti'o m'as don Quijote y se lanz'o a todo galope contra el ej'ercito de ovejas y comenz'o a atacarlas con su lanza con tanto coraje que mat'o m'as de siete.
Los pastores le daban voces para que parara, pero 'el no hizo caso. Entonces sacaron sus hondas [75] y comenzaron a tirarle piedras. Una de ellas le rompi'o dos costillas.
73
relinchar – ржание лошади
74
balido – блеяние
75
honda – праща, рогатка для метания камней
Don Quijote se acord'o del b'alsamo, sac'o la aceitera y bebi'o unos tragos; pero antes de terminar de beber le alcanz'o otra piedra que rompi'o la aceitera y le quit'o tres o cuatro dientes. Fue tal el golpe, que don Quijote cay'o del caballo. Los pastores, que creyeron que lo hab'ian matado, recogieron su ganado a toda prisa y se fueron.
Cuando Sancho vio que se hab'ian ido los pastores, se acerc'o a don Quijote y le dijo:
–?No le dec'ia yo, se~nor don Quijote, que no eran ej'ercitos sino reba~nos de ovejas?
–Sin duda -dijo don Quijote- que todo esto es un encantamiento, amigo Sancho. Seguro que ahora mismo son ya ej'ercitos de hombres, como te he dicho.
Quiso Sancho curar a su amo y fue a buscar las alforjas para coger lo necesario. Al descubrir que no las ten'ia, casi se vuelve loco: pens'o en volver a su casa aunque perdiera el salario y la 'insula prometida.
Cuando don Quijote vio a Sancho tan preocupado, le dijo:
–Has de saber, Sancho, que todas estas desgracias son se~nal de que pronto suceder'an cosas buenas porque no es posible que el mal ni el bien duren siempre. Y as'i, como el mal ha durado mucho, el bien est'a ya cerca.
–S'i, pero me faltan las alforjas -dijo Sancho.
–Entonces no tenemos nada para cenar -dijo don Quijote.
–As'i ser'ia -dijo Sancho- si no hubiera por aqu'i hierbas que vuestra merced dice que conoce.
–Con todo -dijo don Quijote-, yo tomar'ia mejor un buen trozo de pan y dos sardinas que cuantas hierbas existen. De todas formas, sube en tu asno y s'igueme, que Dios da de todo y hace salir el sol sobre los buenos y los malos.
–Mejor era vuestra merced para predicar -dijo Sancho- que para caballero andante. V'amonos ahora de aqu'i y busquemos un lugar en que alojarnos esta noche donde no haya mantas que me suban por los aires ni fantasmas.
–P'ideselo t'u a Dios, hijo -dijo don Quijote-, y gu'ia t'u por donde quieras; que esta vez ser'e yo quien te siga a ti. Pero antes mira bien cu'antos dientes y muelas me faltan.
Meti'o Sancho los dedos en la boca y le dijo:
–Pues en esta parte de abajo no tiene vuestra merced m'as de dos muelas y media; y en la arriba, ni media, ni ninguna.
–!Mala ventura la m'ia!
– dijo don Quijote-. M'as quisiera haber perdido un brazo, siempre que no sea el de la espada. Porque te hago saber, Sancho, que la boca sin muelas es como un molino sin piedra [76] , y que hay que valorar m'as un diente que un diamante. Pero as'i es el duro trabajo de los caballeros andantes. Sube al asno y gu'ia, que yo te seguir'e al paso que quieras.
76
Molino sin piedra –
Empezaron a caminar poco a poco, porque el dolor no dejaba descansar a don Quijote, mientras Sancho contaba algunas cosas que luego diremos.
Cap'itulo XVI
La aventura de los batanes
Iban don Quijote y Sancho conversando tranquilamente cuando Sancho mir'o a don Quijote y le dijo:
–Si alguien le pregunta qui'en es vuestra merced, le dir'a que es el famoso don Quijote de la Mancha, tambi'en conocido como el Caballero de Triste Figura.
77
bat'an – сукновальная машина
Don Quijote pregunt'o a Sancho por qu'e lo llamaba as'i.
–Yo se lo dir'e -respondi'o Sancho-. Le he estado mirando y tiene vuestra merced la m'as mala figura que he visto. Debe de ser por el cansancio de los combates o por la falta de las muelas dientes.
–No es eso -respondi'o don Quijote-. Ser'a que al sabio autor de esta historia le habr'a parecido bien ponerme alg'un nombre que me describa, como suced'ia con otros caballeros en el pasado: uno se llamaba el de la Ardiente Espada; otro, el del Unicornio; otro, el de las Doncellas… Y as'i, digo que el sabio te ha puesto en la lengua y en el pensamiento el nombre de Caballero de la Triste Figura, como pienso llamarme desde hoy. Y para que me reconozcan mejor, har'e pintar en mi escudo una triste figura.
–Pues yo digo -dijo Sancho- que tiene tan mala cara por el hambre y la falta de muelas.
Al poco tiempo, llegaron a un espacioso y tranquilo valle donde se pararon a descansar sobe la hierba. Lo que m'as lamentaba Sancho era no tener vino ni agua que llevarse a la boca. Viendo que el prado estaba lleno de hierba, Sancho dijo:
–No es posible, se~nor, que no haya por aqu'i cerca de una fuente o un arroyo que d'e humedad a estas hierbas. Ser'a mejor que vayamos a buscar el agua que calme esta sed que es peor que el hambre.